Falta poco para que tenga que decir adiós. No hay nada que pueda asustarme más. Tengo un grave problema para cerrar ciclos, poner la palabra "Fin" en un capítulo me provoca un terror indescriptible. Saber que nunca más vas a volver a hacer tal cosa o a ver a una persona es algo que no puedo manejar. Y sin embargo tiene que ser así, la vida es cambio constante, ya lo decía Heráclito: es un devenir, nunca tenemos la misma experiencia ni vemos dos veces lo mismo porque las cosas cambian.
Si toda mi vida permaneciera en el mismo lugar y con las misma personas no habría crecimiento ni evolución, ni lecciones que aprender. Estaría estancada y la vida sería lineal y terriblemente aburrida. Cuesta decir adiós, pero es necesario,
De todas formas el que acepte el final no implica que como por arte de magia me aleje cantando y bailando de ese lugar. Ya imagino el último día... y siento el corazón oprimido y la nostalgia se hace presente. Recuerdo la primera vez que llegué, era una mañana nublada y mis vaticinios no eran alentadores ... Todos en el salón estaban callados, como suele ser en los primeros días de clases, donde todos son unas blancas palomitas que con el tiempo van quitándose las máscaras y desdoblan sus verdaderas personalidades.
No quiero adelantarme. En su momento haré un post dedicado a los mejores momentos, a las remembranzas, como un pequeño resumen de lo que fue y de lo que va a quedar atrás. El post del último día será triste, sin duda.
lunes, mayo 18, 2009
Destino II (magia a la vista)
¡JA! Retomaré el tema del post anterior.
Ayer fui a arreglar unos asuntos de mis materias. Cuando me dirigía a la salida avisté un par de caras conocidas y me acerqué a saludar. Charlamos. El poli nos vio feo porque obstruíamos el paso y no descansó su alma hasta que nos pidió, de forma nada agradable, que nos moviéramos.
En la conversacion Luis nos preguntó acerca de una chava que había desaparecido un par de meses atrás, siempre había estado interesado en ella y cada vez que podía le lanzaba indirectas que ella repelía con singular altivez.
"Antes de que se fuera se portó distinta conmigo, hasta me saludó ¿Serían señales? (...) ella viene de vez en cuando acá, voy a quedarme todo el día ja-ja"
Los hubiera no existen de todas formas.
Mi amiga y yo le prometimos indagar sobre su número telefónico. Hablamos sobre nuestros planes, el policía siguió viéndonos feo, nos depedíamos cuando, cual película chafa en la que sabes de antemano lo que va a pasar, inesperadamente apareció la susodicha.
Nos quedamos en shock (bueno, en realidad yo era la más sorprendida, ese tipo de sucesos son fascinantes y me causan mucha emoción), ella se acercó muy linda a saludarnos.
Le preguntó sobre el novio... "Ah, naah, ya no..."
"Ahora sí ya me vas a dar tú número" le preguntó. Ella accedió inmediatamente, sin titubear e intercambiaron números telefónicos. Pasó más aquella tarde que en tres meses de conviviencia.
"¿ Vas a ir al Vive Latino?..."
Eso es destino. Y para mí, eso es magia palpable. Ese tipo de magia no se crea, es sorda a las invocaciones y a las plegarias. Es renuente y caprichosa. Sus aparaciones son espontáneas, entra en escena cuando se le da la gana .
Hacía mucho que no la admiraba... me alegró muchísimo saber que sigue andando por ahí...
Salí sonriendo y analizando todos los factores que tuvieron que haber influído para que ese encuentro se diera.
Y es que... tenía que suceder
Ayer fui a arreglar unos asuntos de mis materias. Cuando me dirigía a la salida avisté un par de caras conocidas y me acerqué a saludar. Charlamos. El poli nos vio feo porque obstruíamos el paso y no descansó su alma hasta que nos pidió, de forma nada agradable, que nos moviéramos.
En la conversacion Luis nos preguntó acerca de una chava que había desaparecido un par de meses atrás, siempre había estado interesado en ella y cada vez que podía le lanzaba indirectas que ella repelía con singular altivez.
"Antes de que se fuera se portó distinta conmigo, hasta me saludó ¿Serían señales? (...) ella viene de vez en cuando acá, voy a quedarme todo el día ja-ja"
Los hubiera no existen de todas formas.
Mi amiga y yo le prometimos indagar sobre su número telefónico. Hablamos sobre nuestros planes, el policía siguió viéndonos feo, nos depedíamos cuando, cual película chafa en la que sabes de antemano lo que va a pasar, inesperadamente apareció la susodicha.
Nos quedamos en shock (bueno, en realidad yo era la más sorprendida, ese tipo de sucesos son fascinantes y me causan mucha emoción), ella se acercó muy linda a saludarnos.
Le preguntó sobre el novio... "Ah, naah, ya no..."
"Ahora sí ya me vas a dar tú número" le preguntó. Ella accedió inmediatamente, sin titubear e intercambiaron números telefónicos. Pasó más aquella tarde que en tres meses de conviviencia.
"¿ Vas a ir al Vive Latino?..."
Eso es destino. Y para mí, eso es magia palpable. Ese tipo de magia no se crea, es sorda a las invocaciones y a las plegarias. Es renuente y caprichosa. Sus aparaciones son espontáneas, entra en escena cuando se le da la gana .
Hacía mucho que no la admiraba... me alegró muchísimo saber que sigue andando por ahí...
Salí sonriendo y analizando todos los factores que tuvieron que haber influído para que ese encuentro se diera.
Y es que... tenía que suceder
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más elucubraciones descabelladas
Destino.
Estoy convencida de lo que llamamos destino no son más que ciertos puntos predestinados por los que tenemos que pasar, sucesos que tenemos que vivir inevitablemente para ir trazando nuestra vida; el resto es libre.

Conforme vas avanzando los vas uniendo y le vas dando forma

Conforme vas avanzando los vas uniendo y le vas dando forma
Lector, Ignore el pulso de maraquero
Las cosas que son para ti regresan, un mes, un año, una década después. A la mitad del recorrido parece una forma indefinida, un rayón sin sentido, amorfo y hasta grotesco. Al final se podrá apreciar el porqué de cada trazo, su importancia para la perfección del resultado final, sin el cual no sería el mismo.
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elucubraciones descabelladas
LA Elección
Cuando de pronto se hace uno de esos silencios incómodos la única frase que siempre se me ocurre decirles a mis pueriles compañeros es : "Y bueno... ¿ya sabes qué vas a estudiar?" Posan su mirada impasible sobre mí apabullada existencia y responden con una tranquilidad que me inquieta y luego prosiguen a seguir apucharrando las teclitas de su celular frenéticamente o a seguir mirando el vacío mientras un profesor de digna a entrar al aula para iluminar nuestras mentes.No me explico cómo pueden tomarse tan a la ligera una decisión que los afectará el resto de sus vidas (leáse con dramatismo). No se trata de qué sabor de helado pedirán o que sabor de sugus van a comprar en la tiendita, es algo importante.De acuerdo, su certeza de saber perfectamente su elección me da escalofríos, aparentemente soy yo la única que pasa noches en desvelo acompañadas por cantidades dinosaúricas de té de tila. Bueno, exagero. Pero últimamente que se acerca la fecha en que no habrá marcha atrás y tendré que entrar a una facultad he entrado en pánico.
Tengo dos opciones:
a)Comunicación
b)Psicología
Cuando pienso en la primera escucho coros celestiales, pero casi inmediatamente de los coros intervinenen unas voces despiadadas en mi cerebro que repiten una y otra vez "DESEMPLEO". Y entonces el panorama feliz se vuelve sombrío, bajo la mirada y coloco los folletos de comunicación bajo los de psicología. ¿Yo psicóloga? Mmmmmh... Una vida muy lineal, y sí, sinceramente es tentadora la idea de terminar como una psicóloga que conocí (qué más bien parecía de esas señoras que de pronto se te aparecen en la calle y te dicen "¿No quiere que le lea la mano, linda?") que trabajaba plácidamente en su casa, en la cual tenía provista una pequeña y enigmática habitación para las consultas que más bien parecía Cafe-Tarot. La señora pasaba la jornada laboral sentada en un confortable sillón, accediendo con la cabeza y exclamando esporádicos "ajá". Y claro, tanto esfuerzo tenía que ser retribuído con una cantidad obscena de dinero...
Gran vida. Y sin embargo me parece aburrida, anodina, además no me siento la diosa de la cordura como para ayudar a otros, a veces no puedo ni conmigo misma...Es un camino fácil, aparentemente.
Es arriesgado estudiar comunicación, a pesar de que mis pretensiones no son entrar al tenebroso mundo de la televisión ni al radio. Sería la mujer más feliz del universo trabajando como correctora de estilo, o traduciendo textos, o tal vez el cauce del destino me lleve navegar por las corrientes de la fotografía publicitaria. Quién sabe.En lo más recóndito de mi mente he tomado la decisión, y aunque le siga dando vueltas al asunto ya me programé. A veces me martiriza escuchar la voz de una amiga diciendo : "¿¡Quéeee!? No, no, no, para esa carrera tienes que ser muy extrovertida" O sea, NI SE TE OCURRA.
Y sí, sinceramente jamás pensé que iría ese camino, hubiese creído más probable elegir Minas y Metalurgia que comunicación. Es como una ironía.
Tal vez sea difícil, pero no me voy a resignar a vivir con la tristeza latente y expresión afligida a causa de hacer algo que no me apasiona.Prefiero arriegarme a permanecer con la frustración eterna de no haber seguido el camino que me llamaba por MIEDO.
Tengo dos opciones:
a)Comunicación
b)Psicología
Cuando pienso en la primera escucho coros celestiales, pero casi inmediatamente de los coros intervinenen unas voces despiadadas en mi cerebro que repiten una y otra vez "DESEMPLEO". Y entonces el panorama feliz se vuelve sombrío, bajo la mirada y coloco los folletos de comunicación bajo los de psicología. ¿Yo psicóloga? Mmmmmh... Una vida muy lineal, y sí, sinceramente es tentadora la idea de terminar como una psicóloga que conocí (qué más bien parecía de esas señoras que de pronto se te aparecen en la calle y te dicen "¿No quiere que le lea la mano, linda?") que trabajaba plácidamente en su casa, en la cual tenía provista una pequeña y enigmática habitación para las consultas que más bien parecía Cafe-Tarot. La señora pasaba la jornada laboral sentada en un confortable sillón, accediendo con la cabeza y exclamando esporádicos "ajá". Y claro, tanto esfuerzo tenía que ser retribuído con una cantidad obscena de dinero...
Gran vida. Y sin embargo me parece aburrida, anodina, además no me siento la diosa de la cordura como para ayudar a otros, a veces no puedo ni conmigo misma...Es un camino fácil, aparentemente.
Es arriesgado estudiar comunicación, a pesar de que mis pretensiones no son entrar al tenebroso mundo de la televisión ni al radio. Sería la mujer más feliz del universo trabajando como correctora de estilo, o traduciendo textos, o tal vez el cauce del destino me lleve navegar por las corrientes de la fotografía publicitaria. Quién sabe.En lo más recóndito de mi mente he tomado la decisión, y aunque le siga dando vueltas al asunto ya me programé. A veces me martiriza escuchar la voz de una amiga diciendo : "¿¡Quéeee!? No, no, no, para esa carrera tienes que ser muy extrovertida" O sea, NI SE TE OCURRA.
Y sí, sinceramente jamás pensé que iría ese camino, hubiese creído más probable elegir Minas y Metalurgia que comunicación. Es como una ironía.
Tal vez sea difícil, pero no me voy a resignar a vivir con la tristeza latente y expresión afligida a causa de hacer algo que no me apasiona.Prefiero arriegarme a permanecer con la frustración eterna de no haber seguido el camino que me llamaba por MIEDO.
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