Cuando de pronto se hace uno de esos silencios incómodos la única frase que siempre se me ocurre decirles a mis pueriles compañeros es : "Y bueno... ¿ya sabes qué vas a estudiar?" Posan su mirada impasible sobre mí apabullada existencia y responden con una tranquilidad que me inquieta y luego prosiguen a seguir apucharrando las teclitas de su celular frenéticamente o a seguir mirando el vacío mientras un profesor de digna a entrar al aula para iluminar nuestras mentes.No me explico cómo pueden tomarse tan a la ligera una decisión que los afectará el resto de sus vidas (leáse con dramatismo). No se trata de qué sabor de helado pedirán o que sabor de sugus van a comprar en la tiendita, es algo importante.De acuerdo, su certeza de saber perfectamente su elección me da escalofríos, aparentemente soy yo la única que pasa noches en desvelo acompañadas por cantidades dinosaúricas de té de tila. Bueno, exagero. Pero últimamente que se acerca la fecha en que no habrá marcha atrás y tendré que entrar a una facultad he entrado en pánico.
Tengo dos opciones:
a)Comunicación
b)Psicología
Cuando pienso en la primera escucho coros celestiales, pero casi inmediatamente de los coros intervinenen unas voces despiadadas en mi cerebro que repiten una y otra vez "DESEMPLEO". Y entonces el panorama feliz se vuelve sombrío, bajo la mirada y coloco los folletos de comunicación bajo los de psicología. ¿Yo psicóloga? Mmmmmh... Una vida muy lineal, y sí, sinceramente es tentadora la idea de terminar como una psicóloga que conocí (qué más bien parecía de esas señoras que de pronto se te aparecen en la calle y te dicen "¿No quiere que le lea la mano, linda?") que trabajaba plácidamente en su casa, en la cual tenía provista una pequeña y enigmática habitación para las consultas que más bien parecía Cafe-Tarot. La señora pasaba la jornada laboral sentada en un confortable sillón, accediendo con la cabeza y exclamando esporádicos "ajá". Y claro, tanto esfuerzo tenía que ser retribuído con una cantidad obscena de dinero...
Gran vida. Y sin embargo me parece aburrida, anodina, además no me siento la diosa de la cordura como para ayudar a otros, a veces no puedo ni conmigo misma...Es un camino fácil, aparentemente.
Es arriesgado estudiar comunicación, a pesar de que mis pretensiones no son entrar al tenebroso mundo de la televisión ni al radio. Sería la mujer más feliz del universo trabajando como correctora de estilo, o traduciendo textos, o tal vez el cauce del destino me lleve navegar por las corrientes de la fotografía publicitaria. Quién sabe.En lo más recóndito de mi mente he tomado la decisión, y aunque le siga dando vueltas al asunto ya me programé. A veces me martiriza escuchar la voz de una amiga diciendo : "¿¡Quéeee!? No, no, no, para esa carrera tienes que ser muy extrovertida" O sea, NI SE TE OCURRA.
Y sí, sinceramente jamás pensé que iría ese camino, hubiese creído más probable elegir Minas y Metalurgia que comunicación. Es como una ironía.
Tal vez sea difícil, pero no me voy a resignar a vivir con la tristeza latente y expresión afligida a causa de hacer algo que no me apasiona.Prefiero arriegarme a permanecer con la frustración eterna de no haber seguido el camino que me llamaba por MIEDO.
1 comentarios:
Uy, yo andaba en las mismas.. pero me llamaba más la opción de psicología... al final, comencé psicología y luego me cambié a comunicación... Y sí, igual comunicación te reta a ser más creativo para no caer en la etiqueta "desempleado", pero es bastante apasionante...
PD1: No sabía que ya tenías nuevo blog. Saludos!
PD2: Deberías de abrir los comentarios a url personales, mis cuentas de wordpress y Blogger ya ni las uso
Publicar un comentario
Una locura más por Palita de Pan