Falta poco para que tenga que decir adiós. No hay nada que pueda asustarme más. Tengo un grave problema para cerrar ciclos, poner la palabra "Fin" en un capítulo me provoca un terror indescriptible. Saber que nunca más vas a volver a hacer tal cosa o a ver a una persona es algo que no puedo manejar. Y sin embargo tiene que ser así, la vida es cambio constante, ya lo decía Heráclito: es un devenir, nunca tenemos la misma experiencia ni vemos dos veces lo mismo porque las cosas cambian.
Si toda mi vida permaneciera en el mismo lugar y con las misma personas no habría crecimiento ni evolución, ni lecciones que aprender. Estaría estancada y la vida sería lineal y terriblemente aburrida. Cuesta decir adiós, pero es necesario,
De todas formas el que acepte el final no implica que como por arte de magia me aleje cantando y bailando de ese lugar. Ya imagino el último día... y siento el corazón oprimido y la nostalgia se hace presente. Recuerdo la primera vez que llegué, era una mañana nublada y mis vaticinios no eran alentadores ... Todos en el salón estaban callados, como suele ser en los primeros días de clases, donde todos son unas blancas palomitas que con el tiempo van quitándose las máscaras y desdoblan sus verdaderas personalidades.
No quiero adelantarme. En su momento haré un post dedicado a los mejores momentos, a las remembranzas, como un pequeño resumen de lo que fue y de lo que va a quedar atrás. El post del último día será triste, sin duda.
1 comentarios:
¬¬
No me dijiste de este blog nunca
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Una locura más por Palita de Pan