Viernes. Entró a la habitación, una enfermera charlaba con ellas. Se escurrió por un costado y silenciosamente se sentó en el largo sillón color vino. Sus ojos fundidos miraron a la mujer de blanco que reía y agitaba compulsivamente las manos. El cauce de la conversación tomó un rumbo inusual, un mensaje flourescente personal. De la nada surgió la respuesta, palabras exactas para una destinataria abatida que, perpleja, clavaba sus ojos sobre la enfermera estremeciéndose con el mensaje del cosmos.
¿Una señal? ¿Una más?
Podríamos juntarlas todas y creer que tenemos una verdad. Una verdad intangible, creada con suposiciones y anhelos.
Esa mañana ella quiso creer.
Salió. Ya sus pasos eran ligeros y su expresión denotaba cierto optimismo. Aferrada al mensaje invisible blandía su espada ante ellos.
8 comentarios:
Pero no dijiste cual era el mensaje :S
Re:Básicamente que no debía darse por vencida...
El variado espejismo de los mensajes invisibles. Recordé a la ‘enamorada del viento’.
Re: Espejismo, no hay palabra más exacta. Tantos espejismos pueden confundir... y tal vez llevar a un camino sinuoso y equivocado. O todo lo contrario. Qué dilema.
Un gusto que visites mi blog.
Buen flujo alfabético el tuyo, un placer… O ir de espejismo en espejismo, nunca se tiene certeza suficiente.
Nunca... Por eso es mejor adentrarse en los espejismos sin reflexionar. Perderse, arriesgarse. Y sobre todo disfrutarlos.
Diablo, me parece que es una ley mágica y no hallo manera de contrariarla.
Je :)
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Una locura más por Palita de Pan